Estos días es noticia la abrupta salida de Álvarez-Cascos del PP.
Bueno, pues no pasa nada, en unos días ya nadie se acordará de ello, a no ser que como amenaza forme un nuevo partido y consiga entrar en el parlamento asturiano.
Al parecer se dedicaría a recuperar el orgullo de ser asturiano, tal y como ha anunciado el mismo. ¿Se ha perdido ese sentimiento en algún momento? ¿Será la solución a los problemas de la sociedad asturiana?.
Porque de ser así, yo le propondría al señor Cascos que nos diera la receta para recuperar el orgullo de ser españoles, y así poder solucionar los problemas de todo el país.
Pero me temo que esa no es la solución. No es de orgullo de lo que andamos escasos en estos tiempos de crisis. En épocas anteriores, cuando los orgullosos hidalgos paseaban estirados en sus remendados trajes, el orgullo también sobraba y la riqueza escaseaba, más o menos como ahora.
La verdad es que en el caso de que este señor salga elegido presidente de Asturias, con un partido de ámbito local, el que iba a ganar seguro sería su personal orgullo.
Por lo demás, un problema que ahora es grande, se ampliaría. El regionalismo daría un paso dentro de la política española. Un sector nuevo se decantaría por buscar soluciones de manera aislada, aplicando el sálvese quien pueda. Pero no sólo eso, sino que invariablemente se tendería a repartir la tarta como hacen veteranos de la mordida, regionalistas y nacionalistas de otras zonas de España, que llevan predicando con el ejemplo desde que la constitución de 1978 les facilitó el camino.
Ya me imagino propuestas de vacaciones fiscales para las empresas, gestión de los ríos, costas y montes regidos por las fronteras políticas, exaltación de la lengua vernácula y la obligación de incluir la fabada asturiana en los desayunos de los hoteles de cuatro estrellas.
Además de un estatuto asturiano, que inicie sin rubor la separación de derechos entre asturianos y el resto de españoles y comience a hablar de "Pais" como hacía recientemente en su declaración escrita de salida.
Me temo que esta sea la fórmula para recuperar ese orgullo, del que ahora parecen carecer los asturianos, que puede proponer el despechado Álvarez-Cascos.
En una anterior crisis del Partido Popular, cuento su presidente en la CCAA de Valencia se enfadó con la dirección, también sonó la amenaza de formar un partido regionalista. No sé cual fue el motivo de la renuncia en aquella ocasión; quizá el hecho de que el actual presidente autonómico no se vió apeado de su puesto.
Pero el hecho es que, entonces, la amenaza se quedó en amago.
Esperemos, por interés de todos, incluidos los asturianos, siempre desde mi punto de vista, que la propuesta quede en un exabrupto, un ruido de Cascos que se pierda en la lejanía.
Porque un partido como ese, que bien pudiera llamarse R.E.O.A (Recuperemos el orgullo de ser asturiano) no nos traería más que disgustos.
Es interesante ver lo que Angel Expósito, periodista de ABC, muestra en su vídeo-blog que referenciamos aquí, ya que deja claro que ni en el PP (con Rajoy a la cabeza)ni en el PSOE, deberían estar tranquilos con los próximos movimientos de Cascos, que vuelven a dejar en evidencia que la inteligencia brilla por su ausencia en esos partidos.
No menciona el avispado periodista algunas combinaciones más saludables, como que UPyD surja con fuerza y obtenga la confianza de muchos ciudadanos, votantes de aquí y de allá, dando oportunidad a más honestos modos de hacer en la política asturiana y en definitiva en la española.
Acertaré con el nombre de REOA para el nuevo partido de Cascos? (veámoslo en las próximas horas).
Miguel Zarranz
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