miércoles, 31 de octubre de 2012

El radiador, el sofá y la autocrítica

Hola, ayer no acudió ningún ciudadano anónimo a nuestra cita de los martes.El UPyDía quedo desierto por primera vez. Compartimos cacahuetes y galletitas saladas, Ernesto, Carlos y yo. Pronto improvisamos el orden del día: -Instalar un radiador eléctrico. Que resulto demasiado potente para la energía contratada y saltaba el automático cuando lo enchufamos.(antiguamente eran los plomos lo que se fundía).Tendré que pedir al propietario que contrate un poco más de luz, si no queremos helarnos este invierno. -Debatir y aprobar la compra de un sencillo sofá, en versión dos más tres, para hacer un poco más confortable nuestra sede. Aquí Ernesto se mostró muy preocupado por la posibilidad de que alguno de nosotros se quede un día dormido, pero una vez sopesados los inconvenientes y las ventajas, quedo aprobada la compra del sofá. Esperamos disponer de el para la noche electoral de las elecciones catalanas. -Autocritica: ¿Por qué, con la debacle del PSOE, no subimos de votos ni en Galicia ni en el País vasco? La conversación ha sido muy animada, pero no hemos llegado a una conclusión unánime, ni hemos levantado un acta de lo dicho. Yo, pensando un poco después de que mis compañeros me hayan dado sus reflexiones, os diré la mía, aceptando que como suele ocurrir, sean varios los motivos que expliquen la situación: La gente no nos vota, porque no les gustan nuestras propuestas. Así, en general. Algunas de índole práctica, es decir sin mucho fondo ideológico, pueden parecerles bien. Seguramente cosas como la dación en pago por las hipotecas, tanto para empresas como para particulares. Pero...la igualdad ante la ley, para todos los españoles, no gusta. Y para eso el mejor ejemplo es el eslogan del PP en Galicia, que les ha facilitado la mayoría absoluta: "Galicia primero". O sea, alguien tiene que ser segundo. Y como Arturo Mas en Cataluña y Urcullu en el País Vasco dicen lo mismo, ¡Y claro, van y ganan las elecciones! Está claro que la estrategia a seguir para ganar votos y optar a ser el partido más votado es convertir la vida política española en una escena digna de una peli de los hermanos Marx donde todo el mundo se quiere colar, dándose una situación absurda de una continua pelea a codazos para posicionarse primero una y otra vez. ¡Diecisiete histéricos intentando que cuando se pare la música les pille en primera posición, o por lo menos en los puestos de cabeza! ¿Qué es lo que tenemos que hacer? No cambiar el fondo. ¿Y la forma? Pues... tampoco mucho, no vaya a ser que nos despistemos de lo importante, nuestra propuesta tiene que seguir siendo: Una misma ley para todos los españoles. Ya irán eligiéndonos poco a poco cada vez más, así, como ha dicho Ernesto, seguiremos creciendo despacio incluso con periodos de estancamiento, con las ventajas que eso supone, es decir, no padecer vértigo por llegar a la cumbre demasiado rápido. Saludos.

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