En estos momentos, en que la noticia es el anuncio de JL Rodriguez Zapatero de no presentarse a las elecciones del año que viene, veo con claridad algo que quiero destacar: la similitud con otro presidente que también decidió no presentarse a un tercer mandato; José María Aznar. Algo que por extensión amplío al parecido que encuentro al PP y al PSOE.
Un recuerdo que tengo en la memoria del Gobierno de Aznar, fue el abrazo con que este selló el blindaje del cupo vasco con un político de diferente ideología: Xavier Arzalluz.
Zapatero también se ha dado muchos abrazos con los fuertes. Uno de los últimos es la transferencia de casi 500 millones de euros para ayuda al desempleo al País Vasco, por exigencias del PNV para que pudiera contar con su voto el día que se aprobaron los presupuestos en el congreso.
Dinero que no ha habido para el resto de CCAA. No fue algo in extremis, fue un pacto con los fuertes para seguir en el poder a toda costa. Es el apoyo “al bien común”, entendido por el PNV.
En esta España de las autonomías, en la que para mantenerse en el poder es necesario ceder a las pretensiones de una pequeña parte, representada por los partidos nacionalistas, que obtienen su fuerza, no del número de ciudadanos que les votan, sino de una ley electoral injusta, la injusticia se hace fuerte con la actitud invariable de los dos protagonistas del bipartidismo: PPSOE.
Estos se enrocan en su conservadurismo cediendo siempre a quien debe su fuerza al privilegio que supone que un voto para ellos se vea multiplicado automáticamente por seis.
Son muchas más las similitudes de los dos presidentes, pero destaco sólo dos muy significativas:
1-Que la educación no fuera competencia del Estado, es decir un programa educativo igual para todos los españoles. Sino de cada una de las CCAA, dando así 17 niveles distintos de formación.
2-Que la gestión del agua, nuestros ríos y cuencas, fuera competencia de los distintos gobiernos autonómicos ¡Cuencas con fronteras políticas en un mismo país!
Las circunstancias para que estos dos "expresidentes" (a ZP lo consideramos ya ex)hayan renunciado a un tercer mandato, no son las mismas, pero la actitud conservadora de una situación seguirá dándose.
Y poco a poco las diferencias entre unos y otros, solo se darán en el color de sus emblemas, rojo o azul, como única variable. Dos partidos que se confunden en uno; un bipartidismo que se parece al partido único, terror de cualquier democracia, sólo será subsanado por la opción política que ofrezca algo distinto, positivo, a ser posible, y honesto.
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